Apelamos a la libertad de cada una de las personas de expresar sus deseos sobre su propia sexualidad. Una persona libre, emancipada y segura va a querer lo mejor para sí misma. Apelamos a su independencia a la hora de tomar las decisiones que afecten a su bienestar. Por eso pensamos que una persona empoderada siempre va a cuidarse, va a quererse, y por tanto va a estar lejos de las ITS.

Buscamos empatizar con el amor propio de cada persona, y siguiendo la corriente individualista que nos rodea, la ponemos al servicio del objetivo de la campaña. Por esta vez, queremos pedir a las personas que piensen en ellas, que lo primero sean ellas, en definitiva, que se quieran mucho.

Rompemos el esquema romántico del “te quiero mucho” y lo cambiamos por “ME quiero mucho”. Y lo hacemos dando voz a las personas. Focalizando en ellas. Hablando en primera persona y mirando al resto del mundo.

Les pedimos que tomen las riendas. ¡Qué manden!. ¡Qué decidan!. Qué decidan sobre su sexualidad, sobre sus relaciones, y que decidan quererse y cuidarse!. Solo así, de forma indirecta, estarán lejos de la ITS, libres de ellas.